jueves, 9 de diciembre de 2010

8 semanas


14 cosas que he aprendido en estas 8 semanas:

1.Amo bailar

2. Sólo cocino para quien amo
3. Tener menos a veces es tener más
4. Detesto hacer cosas por obligación
5. La única que se murió de amor es Alfonsina
6. Es mucho más fácil cargar las cosas entre dos
7. Sin importar qué o cómo, todo irá bien, siempre
8. La mente puede ser el peor y más cruel enemigo
9. El amor puede transmitirse por medio del teléfono
10. Ir al súper después de un divorcio es la peor actividad del mundo
11. La verdad es un lujo que puede uno permitirse conforme se envejece
12. La sensación de paz es casi –casi- tan placentera como un buen orgasmo
13. Mi necesidad de agradar es mi maldición personal y la soberbia mi peor defecto
14. Es un mito que la manzanilla desinflama los ojos después de una sesión de llanto

viernes, 3 de diciembre de 2010

Malditas recaídas


“Me hiere el ruido de los automóviles.
Perdí mi oxígeno y mi voluntad.
Mientras avanza el dolor un kilometro más
yo me quedo y tú te vas.
En esta noche de estrellas inmóviles
tu corazón es alérgico a mí;
no late ni por error
un milímetro atrás,
respiro en un congelador y no saldré jamás.

Ya no curaré tu soledad
cuando duerma la ciudad.
No estaré para oír
tus historias tontas.
No, porque tienes miedo de sentir,
porque eres alérgico a soñar.
Y perdimos color
porque eres alérgico al amor.

Voy caminando en tormentas eléctricas
buscando algún territorio neutral
donde no escuche de tí,
donde aprenda a olvidar,
a no morir y a no vivir
tan fuera de lugar.

Ya no curaré tu soledad
cuando duerma la ciudad.
No estaré para oír
tus historias tontas.
No, porque tienes miedo de sentir,
porque eres alérgico a soñar.
Y perdimos color...

Sabes, no voy a cuidar tus pasos.
No te puedo defender de tí.

Ya no curaré tu soledad
cuando duerma la ciudad.
No estaré para oír
tus historias tontas.
No, porque tienes miedo de sentir,
porque eres alérgico a soñar.
Y perdimos color
porque eres alérgico al amor”.

Alérgico al amor. Anahí.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Moving on


"Deja de adquirir cosas, no te vas a quedar".

Lo escuché fuerte y claro una tarde que llegué con los brazos cargados de cosas compradas para mejorar mi nuevo hogar. Al principio pensé que era yo misma quien me lo decía. Me sentía triste y perdida y con irrefrenables deseos de volver a casa, a mi ciudad, al amor incondicional de mi familia y amigos. Días después me convencí de que podía lidiar con esta ciudad, con la soledad y con la tristeza por mi misma, más aún con otra mujer susurrándome al oído -no sin dobles intenciones, claro- lo hermosa, inteligente y valiosa que soy.

Hoy estas palabras resuenan en mi mente nuevamente, sólo que mis ganas de huir a casa, me necesidad de ocultarme en los brazos de alguien que me ame y mis ganas de castigarla con mi mudanza, han desaparecido.

No sé si mi mente mi traiciona, no sé si me mudaré a otra ciudad o cuándo será eso, lo que sí se es que no voy a comprar nada más.

I really need to move on.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Para tí

Cogiste con ella en nuestra cama.


La cama en la que pasamos tantos momentos de placer; en la apenas hace unos días llorábamos la una por la otra.

Usaste nuestras sábanas, esas rojas que compramos hace años en un viaje a El Paso, Tx. cuando nos queríamos, cuando todo era excitante y divertido.

Usaste mi almohada, esa nueva que compré para cuando tu mamá viniera de visita, en la que he puesto mi cabeza en las noches en las que, fantaseando con regresar el tiempo, me he quedado a dormir, como una amiga, como una visita.

La colcha azul sobre la que cogiste la compraste para nuestra cama queen size de Torreón ¿recuerdas? Azul porque yo estaba necia con encontrar una colcha azul- verde que sólo existe en mi imaginación.

Usaste mis velas. Las muchas velas de colores que compré para adornar toda la casa, en una de mis muchas compras compulsivas que tanto te desesperaban.

Todas estas pueden parecerte simplemente cosas. Pero eran nuestras cosas. Cada una con su historia, cada una impregnada con un poco de mí y de mi amor por tí.

Esa casa en la que vives y que compartimos por tan poco tiempo está llena de mi. Algunas de mis cosas siguen ahí: los sartenes que usé para cocinarte, las toallitas del baño que yo elegí, el vinagre de vino tinto que quién sabe para qué receta compré, los últimos nopalitos que te preparé mientras regresaba. Mi esencia sigue ahí. No creo que lo entiendas ahora pero pisoteaste todo lo que de mí te regalé; de verdad no te reconozco.

Se que algún día voy a estar agradecida contigo por todos los buenos momentos que compartimos pero no hoy. Hoy lo único que siento es coraje, tristeza, incredulidad y una muy profunda decepción.

A partir de hoy dejaste de existir para mí.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Sin título


A veces cuando pasas por un momento difícil sientes que cada frase dicha en una película, cada canción que se escucha en la radio, cada libro y todo aquello que pueda transmitir una idea ocultan un mensaje sólo para ti. Literalmente sientes que el universo, Dios o Yemayá tratan de decirte algo, bueno, no sólo decirlo, GRITARLO. Hoy vi una película que poco - o nada- tenía que ver conmigo y mi historia y por alguna condenada razón me dejó con la certeza clavada en la mente de que la vida es demasiado breve -¿mensaje divino? ¿autoterapia barata? ¿las voces de mi cabeza?-.

Me puso a pensar en que la vida es dolor y es gozo, y es amor y desamor y cada instante es perfecto y sagrado. Me dieron ganas de dejarme de mariconadas -o marimachadas-, agarrarme los ovarios y seguir adelante. Puedo pasarme los 6 meses a 1 año -según los expertos- llorándo por los rincones a mi "muerto" o me puedo adelantar algunas etapas y vivir de una chingada vez.

No sé, tal vez sea sólo un momento del tipo "acabo-de-salir-de-un-curso-motivacional-y-me-como-al-mundo-yo-solita" pero por ahora, ya me dio flojera seguir chillando.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Tres semanas


Hoy hace tres semanas mi vida como la conocía cambió por completo. Todo lo que creía, todo lo que era verdadero para mi dejó de serlo en un momento. El piso perdió su firmeza y el futuro dejó de ser cierto; la que creía mi familia se extravió y mi casa dejó de serlo. Mi concepto de fe se derrumbó.

Hoy vivo en otra casa, prácticamente en otra ciudad; cohabito con otra especie y duermo en el centro de la cama. Aquello que hace tres semanas era tan real hoy parece un sueño lejano. La que era ya no soy.

Estoy como en un retiro de silencio; conmigo de única compañía, curándome el corazón, añorando a la que fui, deseando que nunca hubiera existido.

domingo, 31 de octubre de 2010

Hogar



Las cosas más comunes, las más cotidianas se vuelven invaluables cuando ya no están: un cuerpo tibio al otro lado de la cama, una sonrisa de bienvenida al llegar a casa, una mirada que lo comunica todo, la cercanía a un brazo de distancia. 

Mañana es el día que elegí para mudarme. No quiero irme. Mi cerebro sabe que es la mejor alternativa pero mi corazón está seguro de que su cuerpo es mi hogar.

"Tu cuerpo es mi hogar,
el refugio en donde habito,
en las noches frías,
desiertas de estrellas,
me estrecho y me cuelo
por el hueco de tu pecho.

Tu cuerpo es mi hogar,
el asilo que me acoge
en las noches de tormentas,
bajo el resonar de los truenos,
me acurruco dulcemente
en el surco de tus brazos.

Tu cuerpo es mi hogar,
el cobijo que anhelo.

Cuando estoy lejos de ti
sin sentir tu corazón,
las noches son eternas,
frías,
gélidas,
sin estrellas,
noches de tormentas".
Anónimo
Tengo frío por dentro.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Nada te turbe


A veces casi me siento bien: trabajo, río, respiro, vivo. Sin embargo hay momentos en los que un pensamiento, una canción -adios Eugenia-, una palabra o una sonrisa la traen por un instante suficiente para ponerme a llorar como una niña.

Quisiera que el tiempo pasara rápido y encontrarme dentro de un año donde ya no me duela, donde ya no me sienta asfixiada por la tristeza. Anhelo el mañana pero le tengo miedo, porque sé que las más oscuras de mis noches están apenas por venir.

Se terminó el conteo. Me mudo en una semana.

"Nada te turbe, nada te espante, todo pasa..."
Santa Teresa de Ávila

sábado, 23 de octubre de 2010

Día #6




Tengo la necesidad de buscar algo, no sé qué. Algo en sus brazos, en su boca, en sus manos, en el aroma de su piel, en su presencia del otro lado de mi cama. Algo.

Intento besándola, pero lo que busco no está ahí. Peor aún, no la reconozco, no me reconozco. Intento hundirme entre sus brazos, nada. Ya no reconozco el aroma de su piel. La conexión se rompió sin remedio.

Tengo ganas de llorar y lloro. Luego quiero que se vayan las lágrimas, podrían escaparse todas y ahogarme y no me da la gana. Pero luego, cuando la nada me invade quiero que regresen y me ayuden a encontrar eso que busco que sabe Dios qué es.

-Por favor no te duermas. Te extraño mucho cuando te duermes.
-Deja de buscar.

"Pero no te extraño, hay veces que sueltan,
dentro de mi cuerpo, todos los delfines y
dos lobos marinos y como diez pingüinos
a hacer de las suyas creyéndome tuya
y yo no te extraño, me da mucha sed,
hasta que las bestias se duermen al bies".

Pero no te extraño. Liliana Felipe.

viernes, 22 de octubre de 2010

Día #5

-Cupido y psique. Museo del Louvre. Ella, diciembre 2007-

Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.

Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.

Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.

Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre -¡que bueno!- han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.

Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la oscuridad abren los ojos y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.

Los amorosos son locos,
sólo locos, sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas temblorosos,
hambrientos, a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor
como una lámpara de inagotable aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse. Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo,
complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida,
y se van llorando, llorando,
la hermosa vida.

Los amorosos. Jaime Sabines.

Día #4




Esto ha sido una montaña rusa de emociones. He pasado de la furia al llanto, de la alegría a la frsutración, como si mis neurotransmisores me hicieran una broma cruel.


Ayer se me cruzaron mi ciclo feliz y mi estúpida clase de tanatología con resultados nada buenos. Salí de clase reflexionando acerca del amor incondicional, la importancia de vivir el "aquí y el ahora" y esas tonterías que de poco sirven en la vida cotidiana hasta el punto que, intoxicada de tanta conexión con el universo, fui a su casa - ¿mi casa? ¿nuestra casa?-.


A modo de preparación, mientras manejaba consideré los distintos escenarios: a) no encontrarla, b) encontrarla cogiendo con la otra, c) encontrarla durmiendo placidamente, d) encontrarla llorando por los rincones por mi ausencia. Ah como me hubiera gustado la opción d). La encontré dormida y sola. Hablamos un poco. Sólo quería decirle que yo pensaba que era una buena persona con malas decisiones y que volviéramos o no, todo sería perfecto - maldita serotonina-. Me invitó a dormir -lamentablemente sólo a dormir- y pasamos la noche juntas, abrazadas como si no hubiera cogido con otra a mis espaldas apenas la semana pasada.


Hoy, ya desconectada del amor universal y esas mariconadas, me siento estúpida y expuesta. ¿Qué no era yo la parte ofendida? Es verdad que me ha estado llamando pero fui yo -¡yo!- la que se apareció en casa como si perdonara y olvidara todo. ¿Será que soy un irremediable caso de "delirio de tapete agudo"?


Mi diagnóstico es que tuve una crisis de "extrañamiento" empeorada por un profundo deseo de regresar a ser la era, de sentirme bien, de encontrarme un lugar en el mundo.


Ni modo, lo hecho hecho está.

jueves, 21 de octubre de 2010

Día #3 Rememorando



El viernes pasé toda la tarde con ella - no Ella, la otra ella-, bebiendo y riendo. Tan bien la estábamos pasando que decidimos seguir la parranda como si fueran las 10 de la noche y el sol no estuviera por salir. Ya en el antro pasamos toda la noche hablando - ¿qué puedo decir? se me da lo pseudo psicóloga en cualquier lugar-. Me contó su vida entera, su primer amor, su primer engaño, la aventura que fue descubrir el cuerpo de la primera mujer de su vida, todo. Pensé que nos estábamos haciendo amigas. Su juventud y su chispa me inspiraban ternura. Tres días después estaba cogiendo con Ella. Mi Ella. La que compartió mi cama por casi 4 años, la que significaba mi mundo.


No puedo entenderlo, aunque tampoco puedo juzgarlo porque hace más de 4 años yo estaba haciendo exactamente lo mismo. No puedo dejar de preguntarme qué pasaba por mi mente en aquel momento. ¿Es que en ningún momento pensé en la dueña del cuerpo que estaba acariciando? ¿O lo pensé y no me importó? ¿Cómo justifiqué ante mi misma el herir a alguien más de esa manera? ¿O es que la búsqueda de la felicidad lo perdona todo? Si hubiera sabido en aquel entonces lo que sé ahora, ¿hubiera actuado igual? Si hubiera sabido que en algún lugar otra mujer estaría quemándose por dentro de dolor, de incredulidad, de angustia, de pérdida, ¿hubiera estado dispuesta a ser la causa de aquel fuego?


Hoy sólo sé que tenía una costosa deuda y ya la pagué.

martes, 19 de octubre de 2010

Día #2




Estoy en casa de la incauta, en una cama que, ofrecida con cariño y generosidad, no es la mía. Odio sentirme fuera de casa y sin embargo aquí estoy, pagando el pecado que no cometí, o sí lo cometí, no me tocó ni un trozito de orgasmo de los que Ella vivió en el festejo del cuerpo nuevo.


Quisiera regresar el tiempo algunas horas, unos días, tal vez unos años, al momento justo en que me gustaron sus ojitos y sus redondas nalgas para correr despavorida en sentido contrario. Deberían colgarle un aviso: PELIGRO. PRODUCE FUERTES DOLORES Y ENVENENAMIENTO MORTAL DESPUÉS DE 4 AÑOS DE USO CONTINUO.


En momentos como una amiga querida decía siento que "podría salir a matar", o ya mínimo abrirme por la mitad y raspar la oscuridad que me recorre y me intoxica. Podría tirarme por una ventana, pero luego quién sabe de dónde viene una calma que se parece más al aturdimiento que a la paz.


Otro cuerpo. Otros pezones. Otros labios. Mínimo me hubiera invitado chingado.

lunes, 18 de octubre de 2010

Día #1




Acabo de terminar mis maletas. Empaqué ropa suficiente para dos semanas en las que Ella y yo tedremos tiempo para pensar en lo que queremos. Oficialmente desde hoy y durante dos semanas al menos, estoy soltera. "Puedes coger con quien quieras" me dijo Ella, aunque más bien me sonó a "Voy a coger con quien quiera".


Esto de "darnos un tiempo" me parece una reverenda pendejada, una forma de evadir la decisión que muy en el fondo ya se tiene tomada. Dio tanta lata con eso que aquí estoy, empacando para mudarme con una pobre incauta que ni la debe ni la teme, durante dos semanas enteras. Ah porque Ella quiere "estar sola, saber qué es lo que significa no encontrar a nadie al llegar a casa, cocinarse y hacerse todo sola". Cualquiera diría que soy el ama de casa perfecta excepto porque nunca llego antes de las 7pm (cosa que me recrimina constantemente), prácticamente cenamos cereal todos los días y no lavo ni plancho ni aunque me quemen los pies. Sus justificaciones suenan a excusas para coger con quien quiera bajo la protección del tiempo fuera. Y yo que estoy incapacitada para besar a cualquiera y que sólo puedo coger cuando confío. Son chingaderas.


¿Yo que siento? Veamos. Enojo, coraje, rabia, cinismo venenoso. Me causa gracia que esté tan convencida de que "vamos a volver" cuando yo lo único que quiero es reventarle los vidrios a su carro con un bat de beisbol.


¿Y a qué viene todo esto de la ruptura repentina? De entrada me mintió para cogerse a otra. De salida los 4-5 años juntas nos matan de aburrimiento. Eso es todo.

domingo, 18 de julio de 2010

Naked me


O antes de que los efectos del alcohol abandonen mi cuerpo...

*Los sábados dejo salir un poco a mi alter ego y me pinto las uñas de rojo oscuro, para volver a mi color natural los domingos en la noche, antes de volver a mi trabajo diurno.

*Me gusta bailar y creo que lo hago bien, pero bailo poco, principalmente porque salgo poco -no por falta de ganas, sino por exceso de matrimonio-

*Me gusta cocinar, especialmente cuando estoy solitaria y aburrida. Me apasiona. Como toda actividad que emprendo, lo difícil es empezar.

*A vece pienso que me casé pronto, o lo que es lo mismo, que he experimentado poco. En ocasiones fantaseo con salir con alguien nuevo e iniciar desde el aburrido cuál-es-tu-color-favorito. Creo que he pasado demasiado tiempo comprometida con una sola persona, aunque esté contenta y enamorada. Creo que debí pirujear más. Mi uñas rojas son mi rebelión.

*Me gustan las mujeres de hermosas caderas redondas. Detesto a las flacas.

*Dios bendiga los ligueros y las medias negras de red. Fantaseo con arrancarlas de las piernas de alguna caderona. Esta noche me excité con una mujer de liguero, medias de red y minifalda. Era demasiado obvia y no puedo recordar más que sus piernas.

*Me gusta la cerveza fuerte y el whiskey tanto como las bebidas mariconas y dulzonas de colores brillantes.

*Me gusta sentirme deseada, oler rico y ser sexy. Creo que mi mujer lo nota poco.

*Tengo bien amarrado a mi alter-ego. Si lo dejara salir sería una mujeriega de labios rojos, chamarra de cuero, escote y pelo negro.

*La mujer que soy de día es incapaz de coger con desconocidos, es una cuestión de confianza. Yo creo que por eso mantengo a mi alter-ego bien guardado.

*Tengo los ojos bonitos y los senos grandes y me esfuerzo por hacer notar ambos pares.

*Quisiera ponerme un tatuaje en la cadera pero me detiene el temor a odiarlo con el tiempo, el que no envejezca con gracia y la imposibilidad de donar sangre.

*Muchas veces soy una niña llorona que tiene que forzarse a salir de la cama para enfrentar el mundo. Jamás lo hubiera reconocido si no fuera porque me esta noche me pasé de mi límite de 2 tragos.

*A veces tengo tantos deseos de tener hijos que desearía arrancarme los órganos reproductores de tanto que me asusta. Otras veces simplemente sé que eso sucederá, esté de acuerdo o no.
*La música clásica me hacer llorar como sólo se llora por un viejo amor no olvidado.
*Mi violín me acompaña a cualquier sitio en el que viva, aunque sólo sea para acumular nuevos tipos de polvo.

*Amo a mi padre por sobre todas las cosas. Nuestra distancia me causa un dolor tan profundo que cualquier cosa que me lo recuerde podría ponerme a llorar por horas.

*Extraño a la relación que tenía con mi madre cuando era adolescente y solía perseguirla por la cocina contándole mi día mientras ella preparaba la comida. Creo que mi -desconocido por ella- lesbianismo es el abismo insalvable que nos separa.

*Amo a mi ella tanto como en ocasiones quisiera dejarla.

martes, 6 de julio de 2010

---30---




Veamos:


Edad: 30

Jets privados: 0

Mansiones en Beverly Hills: 0

Auto de lujo en la puerta: 0

Marido-niños-perro: 0


Ayer finalmente cumplí 30 años y salvo algunas arrugas, una cana arrancada furiosamente de raíz y una acumulación adiposa imposible de eliminar, no tengo nada de lo que mi imaginación de 18 años estaba confiada en tener a esta edad.


A veces me preocupo -supongo que también es un regalito que viene con la tercera década de vida- y me pregunto si no seré la treintona más mediocre del mundo sin el trabajo ideal/auto ideal/casa ideal/vida ideal. ¿Será que el periodo de alcanzar la grandeza se me fue sin darme cuenta? ¿Será que estos 10 años me pasaron de noche? Aún planeo viajar, comprar una casa bonita con jardín y balcón, tener un trabajo que no sea trabajo, estudiar otra carrera y encontrar mi misión en la vida. Tal vez en 10 años...


Como sea, ¡feliz cumpleaños a mi!



viernes, 4 de junio de 2010

Sin título


Siempre pensé que esas parejas de portazos y exilios al sillón eran inmaduras e incapaces de comunicarse y enfrentar las broncas dentro de las 4 paredes de su “nido de amor”. Juré que no me pasaría, que no me iría a la cama sin el beso de las buenas noches y el te amo -por aquello del temor a no despertar- y heme aquí durmiendo en el sillón de la sala, chillando por el que agoniza –de sólo 4 añitos, tan joven, tan lleno de vida-, preguntándome en qué punto se me enfermó, lamentándome de mi miserable manía de codependizarme, tratando de identificar en qué chingado momento me volví a perder (tan bien que me caía, tanto que me gustaba).

Mi nueva –¿y temporal?- cama me sabe a fracaso, a miedo, a duda, al principio del fin. No podía seguir ahí, fingiendo dormir junto a ella con las emociones y las tripas echas moño de enojo y tristeza. Este autoexilio no sabe tan mal después de todo, sabe un poquito a paz y a vete-mucho-a-la-chingada-a-ver-quién-te-aguanta, casi casi como una bandera de huelga.

¿Será que todas las parejas de lesbianas acaban durmiendo en camas separadas? Por favor que alguien diga que sí. Estoy más cómoda con los ojitos cerrados.

Me pregunto qué haría -tal vez tenga que decidirlo más pronto de lo que creo-. ¿Empacar mis cositas y regresar a los amorosos brazos de mi madre y a mi disfuncional hogar a mis casi 30 primaveras? ¿Aventar mi recién adquirido trabajo y formarme en la fila de desempleados de mi ciudad-rancho? ¿Armarme de valor y buscar un lugar donde vivir en esta nueva ciudad sin amigos, familia, ni mujer?

Neta que este sillón me sabe a la más pura tragedia. Ojalá que la noche pase pronto.

sábado, 13 de febrero de 2010

El ataque de los malvados libros gays


Somos una pareja de lesbianas bastante común. Nuestra apariencia nos permite ir por la vida de incógnitas, por lo menos hasta encontrar a alguien que nos guste lo suficiente como para hacerlo partícipe de nuestra vida. Estamos medio dentro y medio fuera del clóset y en general, creo que funciona bien. Si bien vivir oculto no es divertido, uno se adapta a tener un pie dentro y uno afuera. A fin de cuentas, no es mayor problema que las personas con las que compartes la mayor parte del día pero con las que difícilmente tienes algo en común más que la vecindad de cubículos no sepan tu verdadera identidad.

A veces las circunstacias -léase la visita de amigos lo suficientemente cercanos como para tener llave de tu casa pero no como para saber que no sólo eres su mejor amiga sino la mujer que abraza en las madrugadas- permiten que el malévolo clóset extienda sus garras a la intimidad de tu sala, tu cocina o peor aún, tu recámara, confinando tus libros gays, tus juguetes y tus fotografías familiares (mi Ella y yo besándonos, por supuesto) a la oscuridad de las gavetas, como si estuvieran pagando por algún acto malvado y despreciable.

Pocas cosas me molestan tanto como vivir enclosetada dentro de mi propia casa.

Grrr

viernes, 29 de enero de 2010

Placer voyeurista



Debo confesar que a veces, muy de vez en cuando, me siento tremendamente atraída por algún hombre, casi tanto como para permitirle una visita a mi cuerpo. Casi.

Suelen ser músicos, guitarristas de manos callosas y dedos largos comúnmente. Me gusta verlos disfrutar mientras tocan. Entrecierran los ojos y sus cuerpos se mueven con la música. Acarician las cuerdas y el cuerpo de la guitarra. La hacen vibrar, gemir.

No sé... Tal vez sólo me gusten las guitarras.