viernes, 5 de noviembre de 2010

Sin título


A veces cuando pasas por un momento difícil sientes que cada frase dicha en una película, cada canción que se escucha en la radio, cada libro y todo aquello que pueda transmitir una idea ocultan un mensaje sólo para ti. Literalmente sientes que el universo, Dios o Yemayá tratan de decirte algo, bueno, no sólo decirlo, GRITARLO. Hoy vi una película que poco - o nada- tenía que ver conmigo y mi historia y por alguna condenada razón me dejó con la certeza clavada en la mente de que la vida es demasiado breve -¿mensaje divino? ¿autoterapia barata? ¿las voces de mi cabeza?-.

Me puso a pensar en que la vida es dolor y es gozo, y es amor y desamor y cada instante es perfecto y sagrado. Me dieron ganas de dejarme de mariconadas -o marimachadas-, agarrarme los ovarios y seguir adelante. Puedo pasarme los 6 meses a 1 año -según los expertos- llorándo por los rincones a mi "muerto" o me puedo adelantar algunas etapas y vivir de una chingada vez.

No sé, tal vez sea sólo un momento del tipo "acabo-de-salir-de-un-curso-motivacional-y-me-como-al-mundo-yo-solita" pero por ahora, ya me dio flojera seguir chillando.

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