viernes, 26 de junio de 2009

"...Viajar a Calcuta... ¡volverme bien puta!"


A veces me pregunto cómo sera andar de cama en cama, de cadera en cadera, despertar cada día con un cuerpo distinto, sin que importen los nombres, las costumbres, las profesiones o las expectativas. Debo confesar que nunca lo he hecho y ahora que estoy acercándome a los 30 dos preguntas me invaden: 1. ¿Qué chingada cosa mas importante que coger pudo ocupar mi mente durante los años de mi adolescencia?, y 2. ¿Cómo será ser bien puta? La verdad es que siempre he sido una ñoña cursilona que, aunque bastante calenturienta, siempre necesitó de al menos un par de citas para coger como Dios manda: con la mente y el cuerpo puestos en el mismo lugar.

Cochinos aprendizajes culturales. Por años creí que coger sin amor era impensable, imposible, horroroso, horripilante. Años enteros perdidos. Eso sí que es horroroso.

Si el karma me lo permite y no termino reencarnando en cucaracha -lo que sea menos cucaracha o político, que para el caso es lo mismo- voy a ser una puta con mucha voluntad. Voy a coger con montones y montones de desconocidas -lesbiana hasta la reencarnación, eso que ni qué-, voy a acariciar y saborear cuerpos de todos los colores y sabores, voy a llenar mis noches de pasión, de calor y de sudor; voy a guardarme los sentimientos para después y a tirar a la basura las enseñanzas de mi amada madre; mi uniforme serán un par de tacones de aguja y medias negras de red.

Ya sé que hablo como si tuviera 200 años pero tengo mis razones. Primero, mi amada madre hizo un excelente trabajo instalándome la decencia y la buena conciencia, y arruinándome irremediablemente con ello; segundo, difícilmente este cuerpo de 29 años lograría las adeptas que pudo haber conseguido a los 15 si no fuera por el punto anterior; y tercero, tengo la libertad voluntariamente secuestrada -tengo alma de piruja no de infiel-, así que tendré que hacer muchas cosas buenas para que el karma sea benévolo y en mi próxima vida me obsequie la belleza de una Aishwarya Rai de ojos negros, digo, nomás para facilitar el trabajo.
¡Así sea!

1 comentario:

  1. jajaj, chale me ha fascinado eso del "alma de piruja pero no de infiel..."

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