sábado, 23 de mayo de 2009

Se pronostican heladas...



- Siento como que se enfrió la relación.

Me quedé callada. ¿Cómo podría responder a una afirmación así? Si una semana de distancia es capaz de enfriar una relación entonces me parece que la mentada relación sufre de un problema crónico de hipotermina.

Tenemos 4 años juntas y compartimos cama y casa desde hace un poco más de uno. Es cierto que en sus inicios lo nuestro fue excitante como todo aquello que no se supone que se haga. Luego la prohibición se acabó y tuvimos la suerte de amarnos plenamente, al menos eso pensaba yo hasta que meses atrás, me comunicaste que se te habían mudado las mariposas -seguramente en busca de otras entrañas que invadir- y ya no sabías cómo seguir sin ellas.

Yo muy zen y muy "terapeada" inhalé profundamente. Recordé entonces lo que un montón de cortaditas en el corazón me habían enseñado tiempo atrás: nadie es de nadie. Te dije que eras libre de agarrar tus triques e irte pero no quisiste. Dijiste que era una cuestión de ignorancia, no de falta de amor y que la sola intención de permanecer a mi lado, a pesar de la ausencia de insectos en tu interior significaba ya un cambio. Nuestra vida juntas continuó.

Hace dos meses tomé una de las decisiones más duras de mi vida: dejarlo todo por acompañarte en tu ruta. En un principio, me aterraba la idea de dar hasta quedarme sin nada, pero de algún modo escondí ese miedo en lo más profundo de mí y te seguí voluntaria y conscientemente.

Recién pasamos una semana separadas, la primera de nuestra vida juntas, la primera semana tuya sola, en años. A mí me dolió la distancia y a tí te sorprendió que no te doliera tanto como esperabas. Mi cuerpo tenía sed de acariciarte, de besarte y el tuyo estaba frío, lejano.

Hoy me dices que 5 días le bajaron la temperatura a nuestro amor y aquel temor oculto surge oscuro, asfixiante. Resuenan en mi mente las palabras de mi amiga Vera que sufre los tormentos de su propia ella: "¿Será que esto es lo único que hay?".


Por favor no me hagas pensar porque por pura coherencia, voy a tener que obedecer las reglas que yo misma me he impuesto y la verdad, no quiero hacerlo.

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