viernes, 17 de julio de 2009

Tentaciones




Esta noche descubrí la fórmula de la infidelidad: un par de cuerpos, un poco de vino, un tanto de deseo y muchas ansias de sentirse deseada.


En realidad fue algo inofensivo, sólo bailamos, pero su manera de tocarme, de rozar mi pecho con el suyo, de recargar su cadera en la mía con el pretexto de la música, de aspirar mi aroma discretamente, de admirar mis ojos bajo la luz de la luna... Me sentí hermosa, apreciada.


Hubiera sido tan fácil. Ella decidió no acompañarme -porquenosomossiamesas- dejándome a merced de mis debilidades y de la tentación que las caricias en el ego significan.


Desearía desenchufarme las ganas de las querencias.

2 comentarios:

  1. Bendita empatía,

    Un beso amara, un beso...

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  2. Mi niña!.. qué horrible sensación esa de estar a la espera de una llamada que uno bien sabe no va a llegar.

    Malditas mujeres..

    Después de ver tu comentario en mi blog pasé a la página de Cherry y vi mi texto ahí... es de esos relatos que no me gusta releer, no quiero remover cicatrices nuevas y frescas, así que mientras me dedico a cortarle la cabeza a mujeres en mi mente y en mis letras.

    Y no, Zeta nunca supo de mi blog. Como bien dices es el primer capítulo de una historia enganchadora pero sumamente decadente. Espero más adelante atreverme a subir el cuasi-libro que tengo de cómo empezó esa terrible historia de amor.

    Te mando abrazos, besos y extrañamientos...

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